-¡¡¡Adara, te he dicho mil veces que tengas preparadas tus cosas antes de salir!!!-Chilló mi padre.
Pero realmente llegábamos tarde porque mi hermano menor había roto mi maleta por octava vez...
-Lo siento, padre.-Murmuré.
Mi hermano me golpeó con su mano en la cabeza y le miré de reojo, mientras suspiraba.
-¡Eres tonta!-Me replicó.- ¿Por qué no le dices que ha sido culpa mia?
-No vale la pena decir algo como eso.-Respondí.- Al fin y al cabo... voy a llegar tarde y eso es lo que importa.
-¡¡¡Padre, ya está otra vez!!!-Chilló mi hermano.- ¡¿Puedo pegarle una paliza?!
Nuestro padre no respondió y mi hermano me miró con ojos brillantes. Le sonreí levemente y eso le impulsó a querer pegarme de nuevo, sin embargo en esta ocasión (y como en muchas) comencé a tocar mi violín y lentamente mi hermano comenzó a calmarse.
Cuando llegamos al lugar mi hermano babeaba, dormido. Yo le di un beso en la mejilla pero antes de poder decirle "adiós", mi padre tiró de mi brazo y me acercó hacia un edificio. Yo no sabía a donde me dirigía, simplemente mi padre me dijo: "o superas esto, o te echo de la familia". Y aunque acepté que me echaran si no era capaz de cumplir sus expectativas, eso lo enfadó aún más...
-Entra.-Me ordenó mi padre.- Da tu nombre y ya te dirán que hacer.
Asentí con la cabeza y lo miré, extendiendo mis brazos para abrazarle (y así despedirme) pero me detuvo sujetándome la cabeza, colocó en mi mano la maleta y me giró hacia la entrada de aquel sitio... Vran.
-¡Y recuerda, Adara... si no lo haces bien mejor será que no vuelvas!-Gritó.
-¡Sí!-Respondí, luego le sonreí.
Pero tuve que entrar corriendo, ya que parecía estar dispuesto a golpearme él también.
No había nadie. Estaba todo desértico.
-Hm...-susurré.- Está bien... hm....
Oí murmullo, así que decidí acercarme. Era el comedor.