Buscando mi pueblo

Fui hacia el bosque donde recordaba que estaba mi familia antes... papá... mamá... hermanos... Creo que ellos me odiaban un poco, pero yo les quería mucho...!!

Estuve un día andando y saltando para llegar al lugar lo ante sposible... Pero hacía mucho tiempo, y ya no recordaba el camino para llegar a casa. Aunque todos estuvieran muertos, quería ver el lugar donde nací... Ver si había algo que... ah!!

¡¡Soy estúpida!! ¡¡Están todos muertos y hace años que pasó esa catástrofe!! ¡No hago nada yendo allí, no encontraré nada!

Me senté en el suelo mientras comía una fruta que cogí por el bosque.

- Pf, y ahora que he llegado hasta aquí ¿tengo que volver? Estoy cansada...

[Alguien del castillo quiere postear? Kyal? Aphra? xDDDD]

Mientras tanto, al otro lado del bosque...

- Henstar, no hace falta que corras tanto - Le rogaba mas que decía, Henstar se había puesto muy pesado minutos antes y quería que saliesemos a dar un paseo. Por supesto, era el el que me llevaba a mi.

Mientras tanto, Henstar me hacía caso omiso, y así nos dirigimos a Dios sabe donde a paso de caballo... es decir, de perro.

De pronto, un sentimiento de nostalgia me invadió. Ese olor... ese color... incluso parecía que podia tocarlo... (nono todavia no es Bop) ¡Estabamos en mi aldea!... Bueno, en lo que quedaba de ella.

- Este lugar... - Atiné a decir, aunque no pude decir más. Las lagrimas invadian mi rostro de nuevo al recordar con nostalgia todo lo que había pasado.

Bajé de Henstar y caminé unos pasos hasta ver un bulto de color verde, el cual me resultaba aun mas familiar que lo que quedaba de mi aldea.

- No puede ser....

De golpe y sopetón, vi a un monstruo enorme a unos 10 metros de mí. Di un salto poniéndome de pie, tirando la fruta al suelo y poniéndome en posición de defensa. Alguien bajó del monstruo (era un perro gigante?) y caminó lentamente por el lugar.
Le miré fijamente apuntando con mi arco.

- ¿Quién eres? - pregunté. Mi cuerpo estaba temblando. Aún me pregunto de dónde salió esa voz firme y fuerte. Yo... tenía miedo. Era la primera vez que me alejaba del instituto sin que nadie lo supiera. Mis brazos temblaban cada vez más y se me cayó la flecha al suelo. - ¡¡Ah!! -me asusté del golpe que dió la flecha al tocar el suelo.

- Gri... Grisanbela? - Dije secamente
Noté como estaba claramente asustada, aunque no sabía quien de los dos lo estaba más.
Casi por acto reflejo me acerqué a Henstar parandome en seco.


Agaché la cabeza tapandome el rostro todo lo que podía. Era una extraña situación, nisiquiera sabía que Grisanbela estaba viva.
Tal vez, tal vez era cosa de mi imaginación. Tal vez no era ella.

Froté mis ojos y volví a mirar hacia su dirección.

Oí un susurro de aquél hombre.

- ...bela?

- ¿Sabes mi nombre? -dije en voz baja. Bajé mi arma para acercarme a él. N-no! ¿Y si era una trampa? Tenía miedo... -¿Perdone pero... podría decirme donde estoy? He llegado aquí sin rumbo y ahora estoy... perdida...- me acerqué más a él, pero lo suficiente para poder huir si me atacaba. Parecía débil, no creo que me ataque.

Miré hacia los lados sutilmente, en el fondo no me podía creer que Grisanbela no recordara este lugar, aunque estuviera completamente desolado.

Me agaché para quedar a la altura de Henstar, como si quisiera que el perro respondiera por mi.
Naturalmente, eso fue algo que nunca sucedió, así que me dispuse a utilizar mis propias palabras.

- Esto... esto era una aldea - Dije, aunque no con mi tono habitual. Por primera vez hasta yo mismo había escuchado mis palabras.

Esperé pues a la reacción de mi querida hermanita.

No me inspiraban confianza.
De hecho, dudo que a alguien le inspirara confianza un hombre encapuchado y un monstruo gigante.

- ¿Una aldea? - me quedé mirando lo que tenía a mis pies. Una aldea... destrozada... esto me recuerda a algo... - ¿Y por casualidad no... pasó un tornado por aquí?

Mis manos empezaron a temblar. Tenía miedo que la respuesta fuera un sí.
Bueno de hecho no.

Olfateé el aire. El olor que desprendía el desconocido me era familiar.

- No lo sé. - Por un momento me pareció verla olfateando el aire, pero pensé que había sido cosa de mi imaginación.

O no, quizás me estaba empezando a reconocer, cosa que, en cierto modo... me asustaba.

Posé la mano sobre la cabeza de Henstar, no sabía realmente que hacer y comenzaba a ponerme realmente nervioso, así que decidí escudarme con el pequeñín.

Henstar alzo la cabeza para mayor contacto con mi mano, por lo cual decidí rascarle el lomo con ambas manos.

Me acerqué un poco más a él, pero no muy bruscamente.

Volví a oler. Sí, estoy segura de que era alguien conocido.

- Pues quizás sea donde viví de pequeña. Dije un tornado pero en realidad... En realidad algo atacó mi aldea, y la dejó así. Estoy segura. Yo me salvé de la mascare -miré al hombre, acariciando al monstruo. ¿Wha? ¿Es que era su mascota o algo?

Me quedé en silencio unos instantes, por si había alguna reacción por su parte.

-¿Nos conocemos? -susurré.

- ¿Nos conocemos?
Esas palabras me sobresaltaron considerablemente. ¿Qué debería responder a eso?
¿Cómo no nos vamos a conocer? Somos hermanos, hermanos. Y tu, y tu... fuiste mala conmigo aquel día.

Sacudí la cabeza, seguía tomándomelo como si fuera un niño.

Fue un accidente, al fin y al cabo...

- Puede - Suspiré nervioso - Puede ser...

Anda, no intentes ser misterioso conmigo.

- ¿Cómo te llamas? Quizás por el nombre...
Algo me dijo que no me lo iba a decir. Me acerqué amigablemente, me quedé a dos metros del bicho grande. Si era su mascota quizás...
Alargué mi brazo hacia el monstruo. Bueno, vi que era un perro gigante. ¡Entonces estaba bien! Solo es un perro. Gigante, pero un perro.

Me quedé estático sin responder.
Estaba seguro que ya sabía quien era, pero en cierto modo sentía recelo en afirmarselo, y tomé como excusa el hecho de que fuera acariciar a Henstar.

Como siempre, Henstar se mostraba amable e hiperactivo hacia cualquier persona (Excepto hacia Aren) que quisiera acercarse a el.

-No muerde - Dije solamente.

- Si mordiera me hubiera quedado sin brazo.

Se dejó acariciar y le rasqué el hocico.

- ¿Así que os habéis salvado también, Vaan? -pregunté. Estoy segura que era mi hermano, aunque se tapaba con la capucha.- ¿Todos?



//OUT: Vaan = otro hermano.//

- .........................................................................
¿Vaan? Me parece que se había confundido de hermano.
Por un lado me sentí aliviado, pero por otro... dolido. (D;)

No respondí. Creo que en cierto modo me sentía ofendido, así que me levanté.

- Espero que no. - Me giré, mirando a Henstar.
Quería irme de ahí, me sentía caprichosamente ofendido.

Miré con rabia a mi hermano.

- ¡¡Como que esperas que no!! ¡¡Pero, pero...!!
Aparté la mano del hocico del perro, y me acerqué al wank'u.
- ¡¡Como puedes querer que todos los demás no se salven!! -le zarandeé, con fuerza. Se me empezaron a entelar los ojos, y en una de las sacudidas, se le quitó la capucha. - A...A...Aphra... No eres...Vaan...A...

Me quedé un momento paralizada, mirándole. Su pelo blanco. Sus orejas pálidas. Su ojo rojo. Su parche. Le estuve haciendo un repaso a su cara, sin creerme que era él en realidad. Aphra era mi hermano más querido. Y yo... yo... le abracé con fuerza. Mucha fuerza. Demasiada quizás.
- ¡Te enseñé que cuando te preguntan por tu nombre debes responder! -me empezaron a caer lágrimas por la cara.
Nunca imaginé encontrarme a nadie de la familia y menos a...él. Con lo débil que era.

Miré fijamente a mi hermana.
No sabía realmente como reaccionar, sentía cariño, mucho cariño, en realidad la quizás la quería demasiado.
Pero aun así también sentía rabia, rabia por aquel accidente.
Sentí como me abrazaba con muchísima fuerza, tanta que casi podía sentir que mis huesos estaban apunto de crujir.
No le correspondí. No sabía muy bien que hacer, tan solo esperar.

- Ha pasado... mucho tiempo uh... - susurré.
Nunca pensé que volvería a tener esta sensación tan... fraternal.
Ni si quiera se me ocurrió pensar que volvería a verla.

Sentía la necesidad de abrazarla también, pero simplemente... no lo hice.

- Sí... demasiado quizás...

Me separé poco a poco de él. Le había echado tanto de menos...
Seguí llorando, y le cogí de los brazos. Él no me abrazó, ni siquiera noté que estuviera contento de verme. Tenía miedo de que ahora huyera, así que apreté un poco sus brazos.

- Y... qué... como...uhm... ¿qué has hecho durante este tiempo? -dije, intentando no sollozar.